[vc_row][vc_column][vc_column_text]El 7.3% de los adultos puertorriqueños entre 18 y 64 años padece de una condición mental seria. Dos de cada diez viven con alguna condición siquiátrica. Uno de cada diez sufre de desórdenes depresivos severos. El 23.7% combina alguna condición mental con abuso de drogas y/o alcohol. Cuatro de cada diez con problemas mentales serios no reciben tratamiento de clase alguna.
Esos son los principales e inquietantes hallazgos del primer estudio epidemiológico que se hace en Puerto Rico desde el 1985 sobre el estado de la salud mental del puertorriqueño. Fue realizado por el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Conducta del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), para la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), que lo necesita para justificar la asignación de fondos federales para atender este problema.
El estudio confirma, para sorpresa de unos y horror de otros, que miles de puertorriqueños batallan día a día con graves condiciones mentales, emocionales o de conducta, muchísimos de ellos sufriéndolo en silencio, sin tratamiento alguno.
Algunos expertos consideran a este cuadro responsable del ambiente de crispación, volatibilidad, violencia y conflictos que sumerge a la sociedad puertorriqueña, sobre todo porque aunque el estudio revela que los servicios están mayormente accesibles para los que padecen de condiciones severas e incapacitantes, no es así para los que, a pesar de sufrir también de condiciones mentales, se les sigue considerando “funcionales”.
Las principales condiciones que afectan a los puertorriqueños son desórdenes de ansiedad, como ansiedad general y pánico, y desórdenes de ánimo, como la depresión, con la que viven, según el estudio, uno de cada diez puertorriqueños.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_raw_html]JTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyaHR0cHMlM0ElMkYlMkZwbGF5ZXIuZ2ZydmlkZW8uY29tJTJGZWxudWV2b2RpYSUyRjIyNjI4Ny5odG1sJTIyJTIwd2lkdGglM0QlMjI2NDAlMjIlMjBoZWlnaHQlM0QlMjIzNjAlMjIlMjBmcmFtZWJvcmRlciUzRCUyMjAlMjIlMjBzY3JvbGxpbmclM0QlMjJubyUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRQ==[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Estas son, señalan expertos, el tipo de condiciones que, de no ser atendidas a tiempo, generan en situaciones de violencia en la familia, en la comunidad o en el trabajo como las que vemos en las noticias a diario.
“Las enfermedades mentales causan mucho sufrimiento”, dijo la doctora Glorisa Canino, la investigadora principal del estudio, que fue realizado a través de 3,062 entrevistas hechas en todas las regiones de la Isla.
La nueva administradora de ASSMCA, Suzanne Roig, recién aterrizada en el puesto, vio ya el informe, pero no ha podido estudiarlo a fondo como para delinear un plan de acción en cuanto a sus hallazgos.
Esta semana, se reunirá con la doctora Canino para aclarar dudas y definir qué hacer ante la gravedad de los hallazgos. “Este estudio se ajusta al plan sin improvisación que queremos implantar”, dijo Roig.
165,497 afectados
El 7.3% de puertorriqueños con condiciones mentales serias no representa una variación importante con relación a los hallazgos del estudio de 1985, aunquela doctora Canino indica que, en aquella ocasión, el cuadro socioeconómico de la Isla era incluso más grave que el de ahora, con un desempleo que entonces rondaba el 20% y un nivel de pobreza del 60%.
En este momento, el desempleo está un poco sobre el 10% y el nivel de pobreza se ha reducido a 46%.
El 7.3% de la población con condiciones de salud mental serias equivale a 165,497 personas. El estudio no incluye a las personas sin hogar, una vasta población de la que también se cree que hay una alta cantidad con enfermedades mentales o dependencia de sustancias. De las 165,497 con condiciones de salud mental serias, el 36.1% no había recibido servicios especializados durante el último año, lo que evidencia que en las calles del País hay miles de enfermos mentales no diagnosticados o tratados.
El estudio define una enfermedad mental seria como un desorden de conducta, emocional o mental de suficiente duración como para cumplir con los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales de la Sociedad Americana de Siquiatría y que resulta en un impedimento sustancial que interfiere con, o limita, el funcionamiento de una persona en su familia, trabajo, relaciones o la comunidad
La doctora Canino dijo que el estudio no midió la calidad de los servicios que recibe el 63.9% de los que sí están atendidos, pero advirtió que en otros estudios hechos por ella misma en años pasados han encontrado que muy pocos reciben los tratamientos basados en evidencia identificados como los adecuados.
Amenazas latentes
El estudio advierte del peligro de que la crítica situación fiscal que atraviesa Puerto Rico termine afectando los servicios de los pacientes de salud mental. La Administración de Seguros de Salud (ASES), que administra el Plan de Salud del Gobierno, del que dependen cerca de dos millones de puertorriqueños, enfrenta una crítica insuficiencia fiscal que le ha hecho incurrir en deudas multimillonarias con sus proveedores.
“La deuda de ASES representa una amenaza significativa para mantener un sistema de salud operacional. La deuda ha desatado una cascada de situaciones, incluyendo esperas más largas por procedimientos clínicos y terapeúticos, salas de emergencia atestadas, intentos de cobrarles a pacientes directamente por servicios y un creciente éxodo de médicos de Puerto Rico. Según el Colegio de Médicos Cirujanos, 364 médicos se fueron de Puerto Rico en el 2014 y 500 en el 2015”, dice el estudio.
El análisis también advierte que la situación de incertidumbre y deterioro en la calidad de vida que atraviesa Puerto Rico a causa de la crisis fiscal tiene el potencial de incrementar la prevalencia de las condiciones de salud mental en los próximos años.
“Desde el 2008, la Isla está siendo afectada por una recesión económica. Como consecuencia de esta recesión, Puerto Rico ha estado enfrentando estresantes mayores crónicos que es probable que tengan un impacto negativo en la salud mental: altos niveles de desempleo o subempleo, pobreza, drástica reducción de población y más altos niveles de crimen”, dice el estudio.
El estudio no mide cuántas de las personas que padecen de alguna condición siquiátrica, pero que están funcionales, reciben servicios. La doctora Canino explicó que esto no fue parte de la petición de ASSMCA al contratar a la UPR para el estudio porque el propósito principal del análisis es justificar la necesidad de fondos federales y el gobierno de Estados Unidos no costea los servicios de personas que no están incapacitadas.
“Si uno cumple con los criterios de enfermedad mental, debería tener servicios, aunque esté capacitado”, dijo la doctora Canino.
Puerto Rico es la tercera jurisdicción de Estados Unidos con mayores problemas de salud mental, pero no por un margen mucho mayor.
El estudio indica que un estudio hecho en el 2011 por el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) encontró una prevalencia de 6% en enfermedades de salud mental en Puerto Rico, al que superaron solo Mississippi (6.6%) y Kentucky (6.5%).
La doctora Canino indicó que siendo Estados Unidos un país desarrollado con un nivel de vida mucho más alto que Puerto Rico, la prevalencia de condiciones mentales debía ser mucho mayor aquí.
Pero sostuvo que otros estudios han revelado que existen en la Isla unas redes de apoyo informales compuestas por familiares, amistades y la comunidad que ayudan a aliviar los factores estresantes que pueden desembocar en condiciones de salud mental severas.
Reflejo de la realidad
El doctor Julio Santana, director del programa doctoral en sicología clínica de la Universidad Carlos Albizu, cree que el estudio refleja adecuadamente la situación general de deterioro en la salud mental que atraviesa Puerto Rico y coincidió con que puede agravarse a causa de la incertidumbre económica y la crispación social.
“La situación socioeconómica que vive Puerto Rico contribuye de manera significativa a estas condiciones”, dijo el doctor Santana, a quien le llamó la atención que el grupo entre 45 y 64 años sea el más afectado por estas condiciones, con el 8.5% del total de afectados.
“Este es el grupo que tiene la responsabilidad de sostener las familias y las sociedades. Al haber una crisis económica, si se afectan las bases de sostenibilidad laboral, estos grupos poblacionales sufren el impacto emocional, la angustia, la depresión y la desesperanza”, dijo Santana.
Santana, un expresidente de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, no tiene duda de que el problema de violencia que agobia al País está directamente relacionado con el deterioro de la salud mental y le preocupa sobre todo que los planes médicos pongan límites a la cantidad de sesiones con un profesional de la sicología al que puede acceder una persona que esté sufriendo de una depresión o de alguno de los desórdenes de ansiedad tan comunes reflejados por el estudio.
“Una persona sencilla, pobre,con los mil problemas de la vida cotidiana, que tiene problemas que se han vuelto crónicos, no resuelve con ocho o diez sesiones, que son las que cubren los planes médicos”, dijo el doctor Santana.[/vc_column_text][vc_btn title=”Artículo original” color=”info” size=”lg” i_align=”right” i_icon_fontawesome=”fa fa-newspaper-o” add_icon=”true” link=”url:http%3A%2F%2Fwww.elnuevodia.com%2Fnoticias%2Flocales%2Fnota%2Fgraveelcuadrodesaludmentalenpuertorico-2281299%2F|||”][/vc_column][/vc_row]